¡Bienvenid@ a la entrega #41 de Cabritas LIJ!
No hay mejor forma de organizar ideas, actividades o de planificar la escritura de un proyecto de largo aliento o un cuento breve. Las ocupo desde niña y espero poder tener siempre una a la mano, porque son vitales para pensarse y para aterrizar los momentos creativos. ¿Tienes una?
Las libretas de escritura son parte de mi rutina, y de alguna forma vuelven tangible ese mundo que se teje en la imaginación. Abrir una página en blanco es muy tentador, algo harás en esa hoja. Escribirás sobre tu vida, dibujarás un pulpo con bigote, planificarás un próximo viaje o tal vez descargarás allí tu última rencilla en el trabajo… lo que sea que hagas, ahí quedará escrito.
En el caso de los proyectos de escritura es todo un acontecimiento. Un ritual, al menos para mí. Buscar la libreta ideal, comprar una nueva o, si es muy urgente, ocupar lo que sea que tenga a la mano que se parezca a una libreta: hojas sueltas, servilletas, cuentas viejas, papel mantequilla, el escritorio o papel higiénico. Lo que sea. A veces vale la pena llegar a esos extremos con tal de sacar a la luz la naciente idea. Es que cada quien sabe cuando no puede quedarse más tiempo en la cabeza.
¿Ocupas libretas? ¿Cuáles son tus favoritas? ¿Las prefieres en blanco, a cuadros o de composición?
A estas alturas debo tener montones y de todos los tamaños. Mis favoritas son las de composición anilladas y ojalá con un buen gramaje. Porque me encanta usar tiralíneas negro de 0.5 mm. Así puedo leerlas o escribir en ellas, incluso con poca luz. También me gusta dibujar a mis personajes cada vez que puedo, no puede ser una hoja delgada.
Ahora último ocupé una de color amarillo y líneas azules, no anillada. Era la que tenía a la mano y salvó un proyecto que tenía guardado hace años y que por fin encontró su destino. Quizá más adelante escribo al respecto, es increíble cuando volvemos a cuentos antiguos y casi olvidados y les damos un segundo aliento. Las libretas también sirven para eso: son una forma de reciclaje y un baúl de las memorias.
Nos hablan de nosotras y, de vez en cuando, nos permiten viajar al pasado para recordarnos esos textos que abandonamos pero que en el futuro cobrarán vida ante nuestros ojos.
Esta libreta ayudó a eso. Quería compartirlo contigo, y qué bueno que fue así.
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Un abrazo cabritoso,
Felu🍿